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A las 10 de la mañana y con puntualidad sueca, comenzaba a sonar la canción que defiende El Sueño de Morfeo en el Malmö Arena. La voz de Raquel del Rosario sonaba con estilo celta acompañada de una gaita y con un vestido corto de color amarillo.
La coreografía, realizada por el propio novio de la intérprete, consta de dos partes claramente diferenciadas. En la primera parte, sin sorpresas, podemos ver a Raquel en el centro, cantando, mientras se acerca a cada uno de los integrantes masculinos del grupo, alternativamente para darles también a ellos protagonismo en la actuación.
Esta parte, creo que todos la teníamos en mente, contando con ella al cien por cien.
En la segunda parte, Raquel camina por la pasarela hasta un brazo del escenario que se adentra entre el público del Malmö Arena. Para cuando ha llegado, decenas de lámparas de color azul se han descolgado del techo a la altura del escenario. La intérprete se acerca a una de ellas y la toca. En ese momento esa lámpara se vuelve blanca y todas vuelven a subir al techo a la vez (las azules y la blanca)
Las dificultades con las que se ha encontrado Raquel, son los tiempos. En ninguna de los tres ensayos acontecidos hoy ha conseguido sincronizar su llegada, con las lamparas y el plano mostrado en pantalla. Es un simple problema de sincronización o coordinación que sin duda se solventará en posteriores ensayos.
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