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Lucía Pérez, ha defendido su actuación con la alegría que la caracteriza, una vez más, como lo hizo en los ensayos que tan buena crítica obtuvieron, pese a la antepenúltima posición.
Esta joven gallega sigue cargada de optimismo, y así lo demostró en las entrevistas que realizó al acabar el festival. Se dirigió con su “sonrisa eterna” a los periodistas, como lo ha hecho siempre.
Ella se siente ganadora, pues sabía desde el principio que el éxito obtenido en Eurovisión, podía no reflejar la profesionalidad y el entusiasmo que España quería aportar con su actuación.
Así pues con un injusto puesto 23, Lucía felicita y confiesa que la canción de Azerbaiyán no era una de sus predilectas, pero como ya ha dicho durante todo el festival, “y ahora…que me quiten lo bailao”.
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